Hay una lógica formal que enriquece el trabajo de la directora, a saber, su ligazón con el lenguaje de la música en el ritmo que le imprime a las imágenes y el modo en que los colores inundan la pantalla para evocar las estrategias de un cine político de impacto. Lo que cambia es la evaluación y el análisis que hacen a la distancia los protagonistas. La calle, ese arte del olvido impuesto por el mundo de la virtualidad, se materializa de modo tal que nadie pierda de vista que es allí donde se logran los derechos avasallados por la clase política de turno. La música y la protesta se aúnan para revivir un espíritu colectivo vivo.
Espero tua (re)volta (Espero tu (re)vuelta)
Eliza Capai, Brasil, 2019. 93′. VOSE.
Retrat polifònic del moviment de protesta que va ocupar les escoles de Sao Paulo (Brasil) en demanda d’una educació pública i de qualitat. Protagonitzat per tres dels i les joves que van liderar les lluites estudiantils, el film narra els eixos centrals de la revolta, des de 2013 i fins a l’arribada de Jair Bolsonaro a la presidència.
Comentari de la directora
“Sóc filla de la dictadura i vaig créixer amb històries sobre els seus temps. Els meus pares es van conèixer a la facultat i tots dos formaven part del moviment d’estudiants. El meu pare va ser pres polític, el van torturar, es va haver d’exiliar i va passar per Xile i Argentina, on va ser testimoni dels règims dels dos països. Quan la Dictadura Militar va acabar es van permetre de nou les assemblees d’estudiants al Brasil. Els meus amics i jo, als 12 anys, vam fundar la primera assemblea d’estudiants de l’escola pública on vam fer la secundària. Allò va marcar la meva pre-adolescència. Els i les joves que apareixen al film són fills de la democràcia, d’un nou moment. La meva mirada estupefacta els ha volgut seguir en la seva lluita.”
Contacte: comercial@taturanamobi.com.br
Pel·lícula al catàleg de Mostra Distribuciones / contacte: mostra@dracmagic.cat
Festivals (selecció)
Berlinale
BAFICI
Espero tua (re)volta describe cinco años de movilizaciones (mientras por el gobierno nacional pasaban Dilma Rousseff, Michel Temer y ahora Jair Bolsonaro) en asambleas estudiantiles, tomas de escuelas, cortes de calles y enfrentamientos cara a cara con la policía, siempre bajo el lema “ocupar y resistir”. Los testimonios de las jóvenes lideresas (porque las mujeres han tenido un lugar protagónico en todo este movimiento) conforman el corazón de un film que -a pesar de los golpes que reciben las protagonistas y la crisis de la educación pública que retrata- nunca pierde su reivindicación de la libertad sexual, artística y política ni su espíritu festivo. Agitprop a la brasileña.
Hay una lógica formal que enriquece el trabajo de la directora, a saber, su ligazón con el lenguaje de la música en el ritmo que le imprime a las imágenes y el modo en que los colores inundan la pantalla para evocar las estrategias de un cine político de impacto. Lo que cambia es la evaluación y el análisis que hacen a la distancia los protagonistas. La calle, ese arte del olvido impuesto por el mundo de la virtualidad, se materializa de modo tal que nadie pierda de vista que es allí donde se logran los derechos avasallados por la clase política de turno. La música y la protesta se aúnan para revivir un espíritu colectivo vivo.