Albertina Carri propone una exploración de los límites del cine para capturar el placer —el sexo— con autenticidad. Autenticidad no entendida como verosimilitud sino como verdadera naturaleza de las imágenes asociadas al sexo en el porno. En un mundo actual en el que vemos la hipocresía con la que la industria del sexo intenta apropiarse del discurso feminista para vender su lavado de cara como versión ética del capitalismo que sustenta sus imágenes basadas en la explotación de los cuerpos que intervienen en ellas, de las personas tratadas como objetos —la cosificación y explotación sexual de las mujeres son la base del porno lleve la etiqueta que lleve—, la directora desafía las convenciones para tratar a sus actrices como sujetos deseantes, con una aproximación formal que no fragmenta sino que busca totalizar y reflejar tanto la excitación como la reciprocidad, abriendo el plano y dejando secuencias largas que incluyen caricias, gestos, fetiches, risas, orgasmos y besos.

Ramon Rey

Cine Maldito

Las hijas del fuego

Albertina Carri, Argentina, 2018. 115′. VE.
Una roadmovie porno-lesbo-feminista de la mà dels avatars d’un grup de dones  dedicades a acompanyar altres dones en la recerca del seu propi erotisme. Un manifest no solament estètic sinó plenament polític: “Seguiment del camí emprès per tres dones que es creuen per atzar a la fi del món i inicien un viatge poliamoròs que les transforma fins a retornar-les a la seva ciutat natal sent unes altres, o potser aquelles que sempre van voler ser. Subjectes que pateixen amb l’ordre establert, amb  l’irreversible de la passió i amb la utopia d’un amor únic (…) allunyades de la possessió i del dolor com ineludible final de l’amor fora de tots els cànons” (Albertina Carri).

Comentari de la directora
Las hijas del fuego contribuye a crear referentes para aquellos deseos que escapan a las normas, apropiándose, en el proceso, de los placeres prohibidos o colonizados. La visibilidad, en este sentido, ayuda a que esas referencias estén disponibles, a expandir el rango de posibilidades y a crear opciones que desafían las normas sobre las que la sociedad construye las relaciones, así como los cuerpos y los estereotipos que a menudo los clasifican. Las hijas del fuego es una película de porno epistolar.”

Festivals (selecció)
BAFICI, Buenos Aires
Festival Internacional de Cine de San Sebastián
D’A – Festival de cinema d’autor, Barcelona

¿Road movie porno lesbo-feminista? Sí, Las hijas del fuego es todo eso y más; es una película abiertamente política, y hasta podríamos decir militante, que abraza de lleno el que acaso sea el género más despreciado de la historia del cine: la pornografía. Tal vez allí hayan empezado las dificultades: la película se asume como porno sin reparos ni vergüenza y juega con el género y lo reformula pero no reniega de él; de ahí que tanto los elogios que intentan separarla del género como los ataques que insisten con que “eso no es cine” se empantanen de la misma manera.

Griselda Soriano i Luciana Calcagno

Otros Cines

En su película más íntima e incandescente, Albertina Carri se interna en los territorios del goce femenino explícito, en tiempos reales y con una sucesión de planos cortos que interpela el deseo del espectador. En clave de road movie erótica, el punto de partida es una pareja femenina cuyo objetivo es rodar una película porno. En la travesía, que va de Ushuaia a Necochea, se sumarán otras mujeres, que irán conformando un loop de cuerpos que se entrecruzan a partir del placer puro. El cuerpo es a la vez territorio y paisaje -tal como reflexiona en off una de las protagonistas-, sin conflictos ni culpas, sin otro motor que no sea el deseo más primario e instintivo. Tal vez esa sea una de las claves de esta obra de Carri, provocadora y desbordada.

Julia Montesoro

La Nación